Iba yo de peregrina y me cogiste de la mano…

Esta noche he estado de peregrinaje. Ha habido un momento que me he sentido muy Mª del Monte cantando su sevillana más conocida. Y, un careo por aquí, y un careo por allá. Riá, riá, riá pitá, riá, riá, riá, pitá. Con castañuelas y todo.

Que noooo.

Que no me he ido de fiesta a ningún tablao flamenco. Que más quisiera yo. Todo ha transcurrido en mi humilde morada, de una habitación a otra. Tampoco ha sido un sueño. En todo caso, una pesadilla, pero de las chungas. De las que pasan de verdad.

Y, todo, porque ayer tuve una idea brillante. Bueno, era una idea brillante en la imagen que me había formado yo en mi cabeza. Porque en la práctica, fue un puto desastre. Pa´haberme quedado calva pensando.

La historia es que Ethan prefiere el calor de una cama conyugal, que el de una fría cuna con barrotes y, Vega, de madrugada, viene a nuestra cama y se mete en el hueco que queda libre entre su padre, su hermano y yo. Así que, dormimos cuatro en una cama de uno cincuenta.

Blanco y en botella, pensé.

Si meto la cuna de ElPequeño en la habitación de LaMayor, los hermanos se harán compañía y dormirán en armonía.

Ja!

A las once de la noche, los dos bebesaurios tenían una party montada de las que hacen historia, habían llamado a sus colegas, Peppa Pig, las Princesas, cuatro Minnies Mouse de diferentes tamaños, un plátano gigante, la mamá mono, varios bebés y cuentos a tutiplen. Estaban desatados. Se oían carcajadas por ambas partes, conversaciones unilaterales. No tenían sueño o, mejor dicho, no tenían ganas de dormir. Se mascaba la tragedia y se veía venir que la idea no era buena.

Pero a las dos y media de la mañana, la idea no sólo no era buena, era una auténtica aberración, el pequeño reclamaba su teta y la mayor su cacho de colchón familiar, y sólo había una forma de poner punto y final a semejante necedad, el peregrinaje a la habitación connubial. Y, mientras arrastraba la cuna de un lado al otro, Vega me cogía de la mano.

Y, buscando el calorcito, los cuatro hemos vuelto a coger el sueño en la cama de uno cincuenta.

A la sombra de los pinos.

19 comentarios en “Iba yo de peregrina y me cogiste de la mano…

  1. Jajajajajajjajaaaaa!!! sin palabras me has dejado, genial tu peregrinaje, absolutamente genial. Cuando hagas el camino de Santiago, ya sabes, pásate a saludar… 😉 Un beso!

  2. jaaaaaaajajajajaj Jeza! por eso no me planteo yo sacar a Miguel de la de 1,50….es de los que quiere calorsito!! jajajaja mas matao con la imagen de la cuna, jajajaja! un besiito!

  3. Estoy con María, como la cama de los papás no hay nada. Nosotros todavía colechamos, eso si, nuestra cama en verdad son dos juntas, una peque y otra de uno cincuenta y no veas si se nota…
    Menos mal que te lo tomas con tan buen humor, peregrina!! Besitos

  4. Jjajajaja, que no puedo con la vida. Yo estoy a punto de pasarla, pero ya a cama, porque me lo veo venir, jajajaja, si no son capaces de echarse la siesta juntas…dormir menos!jajajaj

  5. Que bueno jeza¡¡¡, Nosotros también admitimos a la niña a primera hora de la noche, luego se va a su cunita pero no dice ni pio, y a primera hora de la mañana también cuando nos reclama, sobre todo en fin de semana. Un besito es una gozada dormir con ellos, aunque mitad de la noche aparezcas con medio cuerpo al filo de lo imposible… que diga de la cama,

  6. Jajaja, bueno, a lo mejor en un inicio no ha sido buena idea, pero pasada la emoción inicial por verse juntos en la fiesta del pijama, seguro que después duermen como soletes! Vamos, digo yo, que en la práctica no tengo ni idea, jejejeje. Un besiño Jezabel 😉

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